Yo mismo

Frarancisco V. Rguez. Todos los derechos están reservados.

Quien les escribe es un fotógrafo mediocre movido por la pasión. No espere aquí encontrar grandes fotografía. Es un blog para aclararme, no para asentar principios. Todo lo que leerá aquí son impresiones subjetivas lejos de un planteamiento dogmático o desde el proselitismo de las marcas comerciales. Desde la infancia soy un confeso seguidor de la fotografía. Recibí mi primera cámara analógica, un Praktica «L» alemana junto con un pequeño fotómetro Gossen, a los nueve años. A los catorce tenía mi propio laboratorio fotoquímico básica con una ampliadora Durts con óptica schnneider de metal que años después descubrí que eran de calidad excepcional. Tres años más tarde trabajaba con equipos de formato medio 6×4 gracias a mi padre, una extraordinaria persona que supo conducir mis inquietudes con inteligencia y la persona a la que debo todo lo soy. Mientras que la música es un proyecto en el que construyo cosas con los demás y una fuente de investigación y curiosidad, la fotografía, decía, es una disfrute estético casi por completo personal, una búsqueda de mensajes visuales y de las experiencias que necesarias para obtenerlas.

Con la caída del mundo analógico, – que olía a permanganato potásico, a revelador D76 de Kodak guardado en una botella negra brillante que reflejaba un tenue luz roja en un pequeño cuarto con unos pocos metros cuadrados, junto a la lavadora – , y la consecuente llegada de los sistema digitales mi afición se vio muy menguada. Sólo hace seis años volví con una fuerza semejante a los que había sido parte de mis sueños hasta los 35 años. Ahora tengo casi el doble. Mi hija y mi amigo Fausto han sido clave para este extraño renacimiento, Se trata de una conversión a regañadientes y tardía. De alguna forma u otra he logrado convivir con los sistemas digitales y las tarjetas de memoria sin que haya despejado por completo todo resquicio de traición a la fotografía del cuarto oscuro.

La coexistencia de la fotografía con los procesadores digitales como photoshop es algo que llevo muy mal. Adentrarme en el procesamiento digital ha sido un dolor de «cabeza permanente», y filosóficamente objeto de un debate personal al disociar la imagen final de la fuente original, lo que está antes del objetivo. Por el medio hay demasiada irrealidad. No obstante, la filosofía no sirve para demasiadas cosas y estamos obligados a reconocer que esta forma de hacer fotografía es la que corresponde al presente, y también puede resultar un buen medio de expresión, para el vuelo de la creatividad, aunque a veces desenfrenada.

Los cacharros de audio apenas tiene innovaciones interesantes. Por contra, los artefactos fotográficos se modifican a un ritmo vertiginoso. La tecnología de los sensores, los estabilizadores de objetivo y cámara, la fotometría, la calidad de los cristales de la óptica, la electrónica, el solapamiento con Inteligencia artificial aplicada hacen de la imagines fotográficas productos cada día a mejores.También la gente es ahora mas lista que antes. Por fortuna, la impresión en papel es un complemento muy valioso para terminar un proyecto con el aire que recuerda a los viejos papeles de haluros de plata (AgX). Por ahora, habrá que conformase con una cámara APS-C o Full-frame de 35mm (FF). Quizás en algún momento emprenda la adquisición de una cámara de formato medio digital.

Este blog describe cómo evoluciona la experiencia de un fotógrafo aficionado ya mayor sin el menor rastro de capacidades innatas para la fotografían, un fotógrafo también anodino. Aquí describo mi reencuentro con el grado de sinceridad que requiere para apuntarlas por escrito. Es una memoria para explicar y madurar decisiones que me pasan por la cabeza. Poco a poco expondré algunas experiencias fotográficas desde el lado técnico. Gracias por visitar este blo